Directora de Write On!
Hola amigos de Write On! Agencia de redacción web. Ya hemos hablado sobre hábitos que pueden ayudarnos a que las manos sobre el teclado se muevan y podamos escribir sin miedo, ahora me gustaría mucho hablar sobre algunos malos hábitos que pueden estar minando y de hecho, matando nuestro oficio como escritores, ya sea para la web, como creadores de poesía o como personas que llevamos un diario o blog.
5 malos hábitos que matan tu carrera de escritor
-
Dejarle todo a la inspiración
Cito mucho la frase de Picasso que dice: la inspiración existe, pero debe encontrarnos trabajando. Y es que a veces al preguntarnos sobre qué escribimos en una plática de café o cuando platicamos con nuestros amigos respondemos: no he escrito nada porque no me he sentido inspirada. O quizá manifestamos: yo sólo escribo cuando estoy inspirado.
La inspiración debe encontrarnos trabajando, leyendo en nuestro caso, escribiendo aunque no tengamos ganas o analizando un texto literario y tratado de aprender de él.
-
No leer el género que estás desarrollando
Cuando acudo a cursos o cuando los doy, siempre me sorprende la cantidad de “poetas” que no leen, el gran número de novelistas que leen más cuentos que novelas y en sí, la falta de lectura del escritor promedio. La cosa es que: escribir y leer van de la mano, es como si quisiéramos tocar música sin leer partituras o bailar sin estar en forma… bueno, si es que queremos hacer estas labores de forma profesional.
Un buen escritor de poesía por lo general ha leído mucha poesía y un buen cuentista ha leído bastantes cuentos. No es una regla general porque sí hay muy buenos lectores que son malos escribiendo, pero si conocen un buen escritor que se mal lector ¡preséntenmelo porque no tengo el gusto!
-
No leer lo que escribes ni corregirlo
Hace unos días estuve trabajando en un café donde se impartía un curso, dejaré en suspenso quién lo impartía por mi anécdota a contar. El profesor señalaba varios errores en un poema a un chico joven y este, se alteró notablemente.
Un error común es escribir y no corregir, no dar una segunda lectura y además esto nos lleva a una cadena de malas prácticas que mencionaré a continuación.
-
Creer que todo lo que escribes es una obra de arte
No corregir nos lleva a creer consiente o inconscientemente que todo lo que hacemos está bien así, que tal y como sale de nuestras manos y llega a la hoja de papel es una obra de arte o qué sé yo, simplemente a pensar: este poema está bien así en su primera escritura.
La cosa es que podemos tener muchas fallas, pero si no leemos y consideramos sobre ellas, difícilmente notaremos que estas están ahí. Hay que leer y corregir en más de una ocasión.
-
No aceptar y sobre todo, no aprender de las críticas
Finalmente, esto nos lleva a no aceptar y además no aprender de las críticas, cosa que es un error fatal, porque así como en la escuela aprendimos a base de que nos corrigieran los errores, así mismo en la escritura sucede algo muy parecido. Sí puede que por nosotros mismo notemos que el texto tiene cacofonías o que el ritmo del poema es un desastre, pero cuando alguien más lo señala debemos estar atentos a reconocerlo.
Las palmaditas en la espalda diciendo “ahí la llevas”, no duelen, y puede que una crítica sí lo haga, pero siempre podemos aprender de quien nos dice la verdad y nos corrige.